domingo, 18 de noviembre de 2007

El PRIMER CUARTETO

TRISTEZA

Amargura, depresión, soledad.

Ese es el reflejo de mi estado.

Injusticia de niño maltratado

que todos sufrimos en igualdad.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

LOS ZAPATOS DE NIEBLA

- ¡Abuelo, abuelo!
- ¿Sí?
- Mira qué me he encontrado en la calle
- ¡Unas zapatillas! -gritó el niño
- ¡Eeem!, me suenan. Bueno, prueba a ver si te entran.
- No, no me entran
- Lo suponía. Ven aquí y siéntate a mi lado, te voy a contar una historia muy antigua.
- ¿Tanta como tú?
- Tanta como yo, -le dijo- tocándole el pelo.
- Esta es la historia de un niño que se encontró unas botas en un día de lluvia. De tanto que le gustaron se las puso para ir al colegio. Después de una mañana muy ajetreada, el niño llegó a casa muy cansado y se tiró en la cama, intentó quitarse los zapatos, pero no fue capaz. entonces, pegó dos golpes contra el suelo y de repente empezó a haber niebla y justo delente de él apareció una esfinge de arena. Mirando hacia el Este vio con dificultad millones de esclavos trabajando para hacer una pirámide y a su lado escuchó una voz:
- Hola, mi señor
- ¿Quién eres?
- Soy Fílibus, tu humilde servidor
- ¿Mi servidor?
- Sí y tenemos que ir junto a César a negociar para quiénes serán esas pirámides y luego a tu casa junto a tu madre Cleopatra.
- Pero yo quiero ir a mi casa , al año 2005.
- ¡Qué chiste, mi señor!. Vamos - y dio un silbido
- ¿Qué es eso?¿Mi transporte?
Cada vez los zapatos le apretaban más. Entonces vio también dos hombres con los mismos zapatos los saludó, pero no le hicieron caso, parecían ocupados. Volvió a mirar hacia ellos, pero ya no estaban. Cuando llegaron a casa de César vio que estaban en plena batalla con los galos, entonces las botas le apretaban más y más, pero él no se inmutó. Cuando pasaron la multitud de galos vieron a un hombre más bien delgado con una corona de laureles debajo de una tienda de campaña. Parecía muy cobarde.
- ¿Es ese César?
- Sí
- ¿Qué queréis de mí?
- Negocios sobre las tierras -dijo Fílibus con tono serio.
- ¡No, las tierras!
- Os las daré todas si me quitáis a estos galos de encima.
- Trato hecho.
¿Qué tienes pensado hacer, mi señor?
- Darle la mitad de las tierras y así estarán contentos
Y dicho y hecho, los galos dejaron de atacar el campamento y se fueron. Entonces dijo Fílibus:
- Vámonos a casa
Vovlvió a silbar y aparecieron cinco esclavos que lo llevaron encima. Cuando llegaron a casa de Cleopatra Fílibus dijo:
- Mi señora, hemos encontrado a su hijo.
Cleopatra le miró con extrañeza, fijó la vista en Jeremy (que era el nombre del niño), lo cogío de la mano y lo llevó para dentro y le dijo:
- Tú no eres mi hijo, pero sabía que llegarías. Esos zapatos son los zapatos de niebla. Sirven para transportar a la gente. Tienes que volver. Si no te vas, morirás y entonces todo el futuro tendrá muchos cambios
- ¿Y cómo volveré?
- Tendrás que dar dos golpes en el suelo.
Jeremy lo hizo y apareció en su cama con mucha arena en los pies. A la mañana siguiente contó su historia, pero no le creyeron. Entonces al llegar a su habitación pensó "¿Cómo sabía Cleopatra que él venía de otro año?". entonces pegó dos golpes en el suelo y...
Jorge Otero 6º