Los 3 misterios de la casa encantada
Había una vez un niño que le fascinaban los misterios y en la casa de enfrente había algún que otro. El, ya llevaba 8 años intentando averiguar sus misterios y...
-¡JUANJOOO! A cenar -dijo su madre.
-¡Ya voy, mamá! -respondió él.
Muchas noches salía a merodear por casa de su vecino D. Álvarez. Cualquiera que ahí entrase no saldría jamás.
Juanjo había hecho un estudio de su vecino. Él era simpático de las 9:00 a las 23:00 horas, y en lo que respecta a hablar, no le gustaba nada. Juanjo era un niño de 12 años formal y sabía que no era nada bueno hablar con el vecino de su casa.
En estos 8 años de investigación nunca se había atrevido a entrar ahí, pero esta noche iba a ser distinta.
-¡Ahhh! -Bostezó
Estaba muy cansado, pero se dijo:
-Me colaré aunque sea lo último que haga.
Juanjo, animado con su escopeta de balines de plomo, entró y lo que vio fue, fue, fue...
impresionante ...
Había miles de cosas antiguas que llevaban a habitaciones :jarrones, vasijas, cuadros, etc...
Esa casa tenía tres puertas de 90 m2 cada una.
En la primera había una máquina de videojuegos y nada más.
Juanjo, como haría cualquier niño, empezó a jugar y de pronto el videojuego le absorbió y hasta que consiguió pasárselo, no salió.
En otra sala había una ocarina y Juanjo la tocó y pasó algo alucinante: se quedó en el otro extremo de la habitación y entonces dijo:
-Me-lo-llevo, como ese anuncio que había visto en la tele.
Pero un campo de fuerza lo atrapó en la habitación hasta que la saltó, pero en la otra había algo tremendo: allí estaba D. Álvarez.
y Juanjo se dijo:
-¡Oh, no. ¡Son las 12!
D. Álvarez cogió un cuchillo y lo persiguió. Entonces Juanjo le pegó un tiro en la pierna para sólo herirlo.
Juanjo escapó hacia su casa y lo que fue de D. Álvarez nadie lo sabe.
D. Álvarez cogió un cuchillo y lo persiguió entonces Juanjo le pegó un tiro en la pierna para solo herirlo.
Juanjo escapó hacia su casa, y lo que fue de D. Álvarez nadie lo sabe.
Había una vez un niño que le fascinaban los misterios y en la casa de enfrente había algún que otro. El, ya llevaba 8 años intentando averiguar sus misterios y...
-¡JUANJOOO! A cenar -dijo su madre.
-¡Ya voy, mamá! -respondió él.
Muchas noches salía a merodear por casa de su vecino D. Álvarez. Cualquiera que ahí entrase no saldría jamás.
Juanjo había hecho un estudio de su vecino. Él era simpático de las 9:00 a las 23:00 horas, y en lo que respecta a hablar, no le gustaba nada. Juanjo era un niño de 12 años formal y sabía que no era nada bueno hablar con el vecino de su casa.
En estos 8 años de investigación nunca se había atrevido a entrar ahí, pero esta noche iba a ser distinta.
-¡Ahhh! -Bostezó
Estaba muy cansado, pero se dijo:
-Me colaré aunque sea lo último que haga.
Juanjo, animado con su escopeta de balines de plomo, entró y lo que vio fue, fue, fue...
impresionante ...
Había miles de cosas antiguas que llevaban a habitaciones :jarrones, vasijas, cuadros, etc...
Esa casa tenía tres puertas de 90 m2 cada una.
En la primera había una máquina de videojuegos y nada más.
Juanjo, como haría cualquier niño, empezó a jugar y de pronto el videojuego le absorbió y hasta que consiguió pasárselo, no salió.
En otra sala había una ocarina y Juanjo la tocó y pasó algo alucinante: se quedó en el otro extremo de la habitación y entonces dijo:
-Me-lo-llevo, como ese anuncio que había visto en la tele.
Pero un campo de fuerza lo atrapó en la habitación hasta que la saltó, pero en la otra había algo tremendo: allí estaba D. Álvarez.
y Juanjo se dijo:
-¡Oh, no. ¡Son las 12!
D. Álvarez cogió un cuchillo y lo persiguió. Entonces Juanjo le pegó un tiro en la pierna para sólo herirlo.
Juanjo escapó hacia su casa y lo que fue de D. Álvarez nadie lo sabe.
D. Álvarez cogió un cuchillo y lo persiguió entonces Juanjo le pegó un tiro en la pierna para solo herirlo.
Juanjo escapó hacia su casa, y lo que fue de D. Álvarez nadie lo sabe.
Luis Bocelo
1 comentario:
Espero que hagas la continuación de este cuento tengo una intriga por saber lo que pasa con ese señor
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